El Barça quedó eliminado por el Sevilla tras un partido épico en el Sánchez Pizjuán. Es de áquellas derrotas con sabor agridulce, agria por la eliminación pero dulce por la manera en que se cayó, dándolo todo, con un equipo volcado en el ataque, y la pelota no entró por un gran Palop, por los palos y por el poco acierto de los delanteros blaugranas. Ya no se podrá repetir el triplete, pero seamos conscientes de que era una tarea casi imposible por no decir que difícilmente se vuelva a conseguir en mucho tiempo.
Igualmente, después de los éxitos conseguidos y que esta temporada es de resaca, quedar fuera de esta competición nos permitirá concentrarnos en la Liga y en la Champions, para poder estar de tú a tú con el Madrid de Cristiano. Este Madrid es un rival fuerte y no se le puede dar ventaja a base de acumular partidos unos mientras los otros descansan.
Estamos eliminados pero a diferencia de otras épocas, la sensación que se respira es que la gente no está triste. Después del sextete de títulos, no siempre iba a ser todo ganar y algún día debía llegar la derrota. Y que mejor manera que ante un gran Sevilla y cuajando un magnífico partido.
Seguimos siendo el equipo a batir.
Nunca una derrota fue tan dulce.
1 comentario:
hello... hapi blogging... have a nice day! just visiting here....
Publicar un comentario